¡Genial, ya estás en marcha! No hay nada como el placer de descubrir nuevos lugares, y ahora le toca al Madrid de los Austrias.
Nuestro primer paseo para conocer Madrid será un itinerario circular que nos proporcionará un primer contacto con el Madrid más histórico. Vas a asombrarte de todo lo que vamos a descubrir.
El inicio y el final de nuestro recorrido será la Puerta del sol, a donde te puede acercar la línea 1 del Metro.
Qué ver en el barrio de los Austrias de Madrid
La ruta que te proponemos te va a permitir conocer los monumentos que atesora este histórico barrio, que también son algunas de las visitas imprescindibles de Madrid, como la Plaza Mayor, El Palacio Real o el Monasterio de las Descalzas Reales.
Empezamos nuestra ruta por el Madrid de los Austrias en la Puerta del Sol
La Puerta del sol es una plaza bulliciosa famosa en toda España porque es desde aquí desde donde se retransmiten las campanadas de Fin de Año. En sus orígenes era una puerta medieval. Esta plaza es el kilómetro cero de todas las carreteras nacionales, y de ella parten también conocidas calles madrileñas, como la calle de Alcalá, la calle Mayor o la calle del Arenal.
La estatua del rey Carlos III, conocido como el mejor alcalde de Madrid, observa todo el ajetreo desde su pedestal: el continuo ir y venir de la gente, las estatuas humanas, los personajes del cómic y de los dibujos animados que se dejan fotografiar por unas monedas, los vendedores ambulantes…
A un lado de la Plaza también veremos la Estatua del Oso y el Madroño, que aparece en el escudo heráldico de la ciudad.
La plaza está presidida por la Casa de Correos edificio de finales del siglo XVIII que actualmente aloja las dependencias de la Comunidad de Madrid.
La Plaza Mayor de Madrid: el corazón de los Austrias
Dejaremos la Puerta del Sol por la calle Mayor, una de las más típicas de Madrid. Por la tercera calle a la izquierda entraremos en la Plaza Mayor.
Estamos en el corazón del Madrid de los Austrias. Esta Plaza se levantó en 1619 por orden de Felipe III, a quien se recuerda en una estatua ecuestre en el centro. El conjunto está compuesto por edificios de ladrillo rojo con balcones de hierro forjado. Llaman poderosamente la atención las pinturas de la fachada de la Casa de la Panadería, antigua sede del gremio de los panaderos.
La plaza está repleta de bares y restaurantes. Y, aunque acabamos de empezar, es muy tentadora la idea de sentarse en una de las terrazas y disfrutar tranquilamente del majestuoso cuadrilátero que forma la plaza, ¿verdad? Tú mismo… pero antes de decidir quizá deberías conocer nuestra próxima parada
El mercado de San Miguel: el paraíso de los sentidos
Saldremos de la plaza por cualquiera de sus salidas hacia la calle Mayor, por la cual continuaremos nuestro paseo. Sólo un poco más adelante, a la izquierda y medio escondida en la plaza de San Miguel, nos encontramos el Mercado de San Miguel.
Está construido en hierro y vidrio y magníficamente restaurado. Aquí los madrileños no sólo acuden a comprar las más variadas viandas y dulces, sino también a degustarlas y a tomar algo en los espacios habilitados para ello. Espero que hayas salido del hotel con el estómago vacío, porque ahora es el momento de recorrer el mercado de San Miguel, descubrirlo y degustar sus productos.
La plaza de la Villa: la historia condensada
Caminando por la calle Mayor nos acercaremos ahora a la Plaza de la Villa, también a la izquierda. Aquí verás algunos de los edificios con más historia de Madrid, como la Casa Consistorial, del siglo XVII, donde estuvo el ayuntamiento hasta el año 2007; la casa Cisneros, del siglo XVI, con una magnífica fachada plateresca; y la casa de los Lujanes, del siglo XV.
Poco antes de llegar al final de la calle mayor tenemos en la acera de la izquierda el palacio de Uceda; y en la de la derecha, el palacio de Abrantes.
La catedral de la Almudena: el templo del rey
La calle Mayor desemboca en la calle de Bailén, y nos ha acercado a la Catedral de la Almudena, de la que ahora vemos la parte posterior.
Continuaremos nuestro itinerario por dicha calle hacia la derecha para ver la fachada de la catedral. En el número 19 de calle Bailén nos encontraremos con El Anciano Rey de los Vinos, un local con gran tradición donde aparte de vino podemos probar sus torrijas o sus bizcochos.
Esta catedral, de estilos neoclásico, neogótico y neorromántico comenzó a construirse a finales del siglo XIX y se terminó a finales del siglo XX, a tiempo para que se casara en ella nuestro actual rey Felipe VI. Merece la pena tomarse un rato para contemplar su exterior y visitar el interior.
El palacio Real: arte y lujo monárquico en el Madrid de los Austrias
La Catedral de la Almudena mira frente a frente al Palacio Real, otra de las visitas ineludibles cuando viajas a Madrid.
A parte de sus lujosos interiores, son muy interesantes tanto la capilla real como la real armería. La entrada al Palacio Real cuesta 11 euros y abre desde las 10:00h hasta las 18:00h en invierno y las 20:00h en verano.
La plaza de Oriente: la reunión de los reyes
Tras visitar la catedral y el Palacio Real, continuaremos paseando por la calle Bailén hasta la Plaza de Oriente, que se abre en el lateral del Palacio. Está rodeada por los Jardines de Lepanto y los Jardines de Cabo Noval. En su centro se levanta una estatua de Felipe IV y en los laterales las estatuas de otros reyes. Frente al lateral del Palacio Real se encuentra el Teatro Real.
El monasterio de la Encarnación: en busca de las últimas reliquias
Antes de seguir hacia la calle del Arenal, nos acercaremos por la calle Pavia, pegada a los jardines de Cabo Noval, hasta el Monasterio de la Encarnación (Plaza de la Encarnación, 1).
El Monasterio de la Encarnación se fundó en 1611 por orden de Felipe III y la visita guiada nos llevará a través de varias salas y el claustro repletos de obras de arte hasta la impresionante sala de los relicarios y la iglesia.
Regresamos por la calle del Arenal
Volvemos sobre nuestros pasos hasta la Plaza de Oriente y por cualquiera de los dos laterales del teatro alcanzaremos la Plaza de Isabel II. De esta plaza parte la calle del Arenal, que nos acercará de nuevo a la Puerta del Sol.
El Monasterio de las Descalzas Reales: un cofre lleno de tesoros
Un desvío por la calle de la Hileras, la tercera por la izquierda, que nos lleva a la Plaza de las Descalzas. Aquí tenemos el Monasterio de las Descalzas Reales (Plaza de las Descalzas, 3), otra de las visitas ineludibles para los viajeros con intereses culturales. Se fundó sobre un palacio y está repleto de tesoros y obras de arte.
Un consejo:
El cupo de visitas es limitado, así que vete en cuanto abre por la mañana o por la tarde para apuntarte a las visitas guiadas. A media mañana o media tarde es posible que ya no haya sitio.
La iglesia de San Ginés: la pincelada barroca
Tras la visita al monasterio de la Descalzas Reales regresamos a la calle del Arenal, y un poco más adelante, a la derecha, encontramos la iglesia de San Ginés, de estilo barroco y construido en 1645. En su interior guarda importantes pinturas.
La calle del Arenal nos acercará enseguida a la Puerta del Sol, desde donde ya podemos iniciar nuestro segundo paseo por Madrid: Paseando por la calle de Alcalá.